Soñé que os conocíais,
mi pasado y mi futuro. Yo era el presente y ataba el lazo entre mis dos vidas.
Sudaba cuando os distanciabais, porque el lazo se volvía tieso y mis manos no
conseguían atarlo. Yo miraba atrás y veía al pasado corriendo hacia las
montañas, intentando romper la unión entre el ayer y el hoy. Yo miraba delante
y veía al futuro saltando hacia el lago, yendo demasiado rápido como para poder
seguir su ritmo.
Soñé con el sol y
la luna, la luz y la oscuridad. La luz me abrazaba con calor y me iluminaba el
camino hacia la felicidad. La oscuridad me mostraba la belleza de las estrellas
y me guiaba hacia mis deseos más profundos. Entre el día y la noche no había un
antes y un después, sino un atardecer. Los naranjas del cielo me acogían y los
azules del agua me empujaban hacia el querer sin compromisos.