martes, 1 de noviembre de 2016

Tercer viento

Su tercer suspiro se mezcla con el viento de Chicago, yendo entre la gente en la ciudad. Se sienta frente al lago, con la cara sonrojada y las manos frias. Observa como las olas van y vienen, al igual que sus recuerdos. Pero ellos se quedan, ellos no vuelven a ser parte del agua, sino parte de ella, parte de la historia que su corazón está escribiendo.

Saca su cuaderno, lleno de fotos en blanco y negro, y escribe sobre el viento frio del trece, el inocente pensamiento del primer amor, el tiempo que separa los buenos buenos momentos, la distancia entre el sol del lago y la luna de la montaña.

Pasa la página del cuaderno, y con una sonirsa en la cara, sigue escribiendo su historia. Sus palabras hablan del momento entre un fin y un principio en el calendario. Ese momento sigue presente en sus ojos, cuando mira hacia el horizonte y piensa en ir hacia el oeste, pasado el océano, hasta esa pequeña calle entre las montañas.

Cierra el cuaderno y corre por la arena. Deja que sus pisadas permanezcan en el suelo y decide no mirar a las nubes grises. Corriendo, sigue hacia adelante, pero en su mano lleva una llave. Esa llave va con ella a todos lados, para recordarla que el tiempo pasa, que las semanas se convierten en meses y los meses años. Y los años sólo importan si los sentimientos se han perdido.